CAPITULO 2 “Nunca nos preguntan nada”: el costo de no escuchar ni dejarse ayudar

Segunda entrega de la serie “Lo que callan los empleados de la PYME”

“Hace dos meses propuse una idea para reducir tiempos en entregas. Me dijeron que lo iban a revisar... y nunca volvieron a tocar el tema. A veces siento que solo nos quieren para ejecutar, no para pensar.”

Esto me lo compartió Mauricio, supervisor de logística en una empresa de distribución. No lo dijo con enojo, sino con resignación. Como quien ya aprendió que, en esa empresa, las decisiones solo vienen de arriba… aunque los problemas estén abajo.

El silencio impuesto por la cultura de “yo sé más”

Muchos dueños y directores creen que escuchar al equipo es una cortesía, no una necesidad estratégica.Y así, sin darse cuenta, crean una cultura donde:

• La gente deja de proponer.

• Las buenas ideas mueren antes de nacer.

• Se gasta tiempo, dinero y energía en soluciones impuestas… que no resuelven nada.

Porque cuando alguien de dentro dice: “¿para qué digo algo, si nadie me escucha?”, se apaga una chispa que podría haber hecho avanzar a la empresa.

No escuchar es perder inteligencia colectiva

Las personas que están en la operación todos los días tienen información clave:

• Ven cuellos de botella que no aparecen en reportes.

• Saben lo que los clientes están diciendo en tiempo real.

• Tienen ideas simples que podrían ahorrar miles de pesos… si alguien las tomara en serio.

Cuando la dirección no abre canales reales para escuchar, está desaprovechando su mayor activo: el conocimiento del equipo.

¿Qué sienten los empleados?

• “Solo opinan los de confianza del jefe.”

• “Si digo algo que no les gusta, lo toman como crítica.”

• “Aquí se hacen cambios sin avisar, y nosotros solo los ejecutamos.”

• “Piden ideas... pero al final hacen lo que ya habían decidido.”

Esa sensación de no ser escuchado genera algo peor que enojo: desconexión emocional con el trabajo.

¿Qué puede hacer la dirección?

Escuchar no es solo abrir un buzón de sugerencias (que nadie revisa).Es diseñar espacios y dinámicas donde la participación sea parte del sistema.

Ideas prácticas:

1. Haz sesiones breves de retroalimentación interna después de proyectos importantes.

2. Incluye al equipo en el diagnóstico de problemas, no solo en su ejecución.

3. Reconoce públicamente las ideas que se implementan.

4. Deja claro que no todas las ideas se aplicarán, pero todas se valoran.

Escuchar no te quita liderazgo. Te da visión desde todos los frentes del negocio.

Si eres dueño o directora de RH…

Reflexiona:

• ¿La gente en tu empresa siente que puede hablar sin consecuencias?

• ¿Tienen canales reales y seguros para proponer mejoras?

• ¿Las decisiones estratégicas se enriquecen con la voz de los equipos… o se dictan desde la torre de control?

Si la respuesta no te gusta, estás perdiendo oportunidades que ya están dentro de tu empresa.Y muchas veces, solo necesitas dejarte ayudar.

¿Quieres diseñar una cultura donde las ideas fluyan, el equipo se involucre y la mejora continua sea real?Escríbeme!!!

Puedo ayudarte a crear un modelo participativo, sin perder foco ni control.Porque los mejores líderes… saben cuándo escuchar.

Enrique Plascencia

eplascencia@evolucionaasesores.com